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Taro
Higa es una personalidad particular en la historia de la emigración
okinawense. Nació en Hawai, hijo de emigrantes issei (de
la primera generación) oriundos del sector Shimabukuro de
la villa de Nakagusuku, llevó una vida activa viajando frecuentemente
a Okinawa, la isla principal de Japón y Norteamérica.
Conociendo la cultura y el espíritu de ambos países,
Taro narró la historia de los emigrantes a través
de su propia experiencia. Por ejemplo, promovió el relato
de la guerra y la campaña de asistencia al devastamiento
de la guerra, editando libros y documentales que transmitían
la realidad de la emigración.
En el año 1905 sus padres emigraron a Hawai y en el año
1916 nació Taro quien llevó una vida tradicional de
nisei (segunda generación). De niño quedó bajo
el cuidado de sus abuelos en Okinawa. Más tarde dejó
sus estudios secundarios para irse a Osaka, donde trabajó
primero en una fábrica textil, para luego ir cambiando a
diferentes trabajos. Allí pudo sentir en carne propia la
discriminación hacia los okinawenses. Poco después
regresa junto a sus padres, radicados en Hawai. En el año
1937 vuelve a Japón para estudiar electrónica y nuevamente
regresa a Hawaii en el año 1940, justo un año antes
de que estallara la guerra.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Taro fue enviado al riguroso
frente de la guerra europea, formando parte de las tropas americanas
nisei. "Los soldados nikkei (descendientes de japoneses) fueron
usados en el frente como protectores para desviar las balas" decían
los rumores discriminatorios que debió escuchar Taro cuando
fue reclutado. También fue enviado a la tierra de sus padres,
Okinawa, como soldado intérprete, llamando a la rendición
a aquellos refugiados en las cuevas, salvando de esta forma la vida
de su maestro y de muchas otras personas más. Finalizada
la guerra, visitó el campo de concentración para dar
consuelo a más de 130.000 japoneses que se encontraban allí.
Taro de temperamento apasionado y con gran sentido de la justicia,
se desempeñó en el movimiento político y la
restauración económica de Okinawa de la posttguerra.
Tras la devastación de la guerra, Taro inició grandes
movimientos para la recuperación de Okinawa, haciendo peticiones
de colaboración a sus compatriotas para enviar así
donaciones de apoyo.
A todo esto se debe destacar que en el año 1946, promovió
un movimiento de protesta para la adquisición del derecho
a la naturalización que en ese entonces estaba vedada únicamente
a los japoneses como medida discriminatoria norteamericana. En esa
época, la Alianza para la adquisición del derecho
a la naturalización desplegaba un movimiento de soporte solicitando
la colaboración de los japoneses de Hawai desde fines del
año 1947 hasta la primavera del año 1947. Taro que
en ese momento era el jefe de redacción del Colorado Times,
trabajó exaustivamente formulando peticiones para recaudar
donaciones, publicidad, y dando charlas para la adquisición
del derecho a la naturalización. Este importante movimiento
desplegado en Hawai finalizó exitosamente, cuando en el año
1952 la naturalización fue autorizada para los japoneses.
No existe figura alguna como Taro Higa, dotado de ferviente amor
por su patria e infatigable espíritu de desarrollo, que jamás
dejó de transmitir la verdad de la emigración. Podría
ser descripto como nisei de emigrantes de Hawai, ya que combina
lo que los okinawenses llaman "chimugukuru" (corazón noble)
y la hospitalidad hawaiana.
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