4-2. Retornando desde los países anfitriones

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, muchos de los emigrantes emprendieron el retorno hacia Japón. Según las estadísticas, hasta el año 1961, habían regresado de las colonias y territorios ocupados por las fuerzas japonesas, más de 6.280.000 personas.
Acatando las medidas de avance hacia el sur, dictadas por las fuerzas armadas de Japón, cerca de 50.000 emigrantes okinawenses residentes en las islas del Pacífico Meridional tuvieron que afrontar abruptamente la guerra en esas tierras, dejando un gran número de víctimas*1. Todos sus bienes, resultado de arduo trabajo, fueron confiscados y los inmigrantes fueron repatriados prácticamente sin pertenencias. Se dice que el número de emigrantes que regresó directamente a Okinawa alcanzaba casi las 30.000 personas. El regreso forzado de los emigrantes fue dirigido por las fuerzas armadas norteamericanas. Bajo las órdenes de las fuerzas armadas norteamericanas, el gobierno japonés dispuso que los líderes militares y civiles deberían regresar a Japón.
La mayoría de los emigrantes que regresaron a Okinawa fueron aquellos que residían en Micronesia, Filipinas, Formosa (Taiwan), y el Sudeste asiático. El regreso desde Micronesia y Formosa se inició en octubre de 1945, año en que finalizara la Segunda Guerra Mundial.
Los okinawenses que se encontraban en la isla principal de Japón y en el exterior, regresaron sin encontrar consuelo ante la pérdida de familiares y amigos. Desafortunadamente, muchos emigrantes perdían la vida en el viaje de retorno por contraer el cólera o por inanición. Particularmente se notaba gran cantidad de víctimas en ancianos y niños.
No todos los emigrantes regresaron directamente a Okinawa, también hubo un considerable número que pasaban por la isla principal de Japón. Estos emigrantes regresaron vía Yokohama, Nagoya, Sasebo, Kagoshima y otros lugares antes de llegar a Okinawa.
Con las heridas causadas por la guerra aún sin cicatrizar, las actividades desarrolladas por los emigrantes que regresaron tanto del exterior como de otras prefecturas del Japón, marcaron una importante participación en la restauración de Okinawa.

*1 En Micronesia, la guerra destruyó la vida cotidiana del pueblo y causó también víctimas fatales. En la isla de Saipan y Tinian, civiles japoneses incluyendo mujeres y niños perdieron la vida junto al ejército japonés. Aproximadamente 15.000 civiles japoneses fueron víctimas en Micronesia. Las víctimas en Saipan alcanzaron las 10.000 personas, de las cuales el 60% eran okinawenses. En Tinian el número de víctimas fue de 3.500 personas y en su mayoría de origen okinawense.

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